EUROPA Y RURALIDADES
Imágenes contemporáneas
A partir de este marco de trabajo, y en el contexto de la Presidencia española de la UE, el Ministerio de Cultura y Deporte organiza este ciclo de cine europeo que propone un recorrido por las transformaciones políticas, sociales, económicas, medioambientales y culturales que está experimentando el medio rural en Europa en las últimas décadas.
La aproximación al mundo rural está siendo, de forma cada vez más clara, una de las tendencias más vivas y significativas en el cine europeo reciente. Si nos preguntamos por los motivos de esta corriente, podemos apuntar hacia una serie de factores, no sólo artísticos sino sobre todo de índole sociológica, que motivan este renovado interés. Estos factores derivan en su mayoría de la crisis sistémica - económica, humanitaria y ecológica- en la que parece que vivimos permanentemente instalados, y que lleva a buscar respuestas y alternativas al malestar fuera de las grandes ciudades.
El ciclo integra una serie de títulos, en buena parte de producción reciente pero sin descuidar los puentes hacia un pasado no muy lejano, todavía contemporáneo. Junto a la lectura y relectura de pasado y presente, y la reflexión comparada en torno a las diversas ruralidades europeas (hay representación de quince países de la Unión), a través de la programación se quiere indagar acerca de en qué medida nuestros contextos rurales en mutación pueden ayudarnos a imaginar otras formas de relación con el territorio, modos de vida o ideales civilizatorios alternativos. Se proponen así, a través del lenguaje de las imágenes, nuevas narrativas y futuros posibles, o tal vez imposibles, para unos contextos y lugares severamente golpeados por la globalización, la incesante migración a las grandes ciudades y la alteración violenta de los usos tradicionales del territorio.
Uno de los propósitos de este ciclo es mostrar el medio rural en toda su diversidad. Es, pues, este un mosaico plural para animar al público a re-posar la mirada sobre los detalles, sutilezas y particularidades de cada una de estas películas en las que los entornos rurales no son meros decorados de fondo para el transcurso de las historias, sino que son el leitmotiv para las propuestas narrativas y formales de las y los cineastas. De este modo, se incluyen en la selección obras de culto incontestables y tan rigurosas como Sátántangó, sugerentes viajes por la tierra desconocida como Karpotrotter, la tierna mirada de un maestro rural en Ser y tener, la cálida atención a un mundo que desaparece en El día que volaron la montaña, la pura celebración de la vida en Aquel querido mes de agosto, o el retrato irreverente de un artista fluxus que se asienta en un pueblo extremeño e interactúa con los lugareños de Malpartida Fluxus Village.
Varias de las películas que conforman este ciclo se detienen a observar minuciosamente procesos que muchos habitantes rurales europeos repiten una y otra vez, todavía, como parte de sus labores cotidianas y que no han cambiado tanto con el paso del tiempo. En esos gestos repetidos se puede contemplar el mimo con el que trabajan la tierra o pescan, recolectan vegetales y frutas, mueven animales para pastar o transportar cosas, fabrican utensilios, preparan alimentos y se preparan para los festejos locales. Es el caso de la emblemática y ahora recuperada O movimento das coisas, de la olvidada pero fundamental en la historia del documental rural Fuente Álamo, la caricia del tiempo o de las más recientes Tatuado nos ollos levamos o pouso o Terra que marca.
Las temáticas relacionadas con la mujer y el mundo rural también vertebran la selección propuesta. Así pues, la mujer rural - con sus rutinas, cargas y desafíos - es una figura constante en el ciclo, en el que destacan las protagonistas de Bukolika, Honeyland o la obstinada luchadora contra el poder de La mujer de la montaña. La despoblación también tiene rostro femenino, como nos muestran la poética El cielo gira o Destello bravío con su descarnado realismo mágico. Además del papel protagónico femenino en varios de los títulos de este ciclo, también es importante remarcar que el cine rural hecho por mujeres está contribuyendo a generar relatos y propuestas más acordes con la realidad. En varios casos parten de una vuelta a sus raíces para contar experiencias que vivieron en su entorno próximo, mientras que en otros responden a una urgencia por plasmar historias que han atravesado su sensibilidad o deseo.
La transmisión intergeneracional de saberes, para dar continuidad a ciertos oficios y tradiciones que reverberan en la memoria oral de los territorios rurales europeos, se aborda en películas como Riafn, Los saldos o Memento. Las tensiones y fricciones particulares del territorio, el extractivismo o los choques culturales derivados de la migración o del asentamiento “neorrural” se ven reflejados en propuestas como Western, Säsong, When All Is Ruin Once Again, The Land, Ciao Aracà o Suro*. El coming of age - o paso del tiempo - también es recurrente para retratar el mundo rural y los anhelos de la población más joven, y Secaderos* o El país de las maravillas dan buena cuenta de ello.
En el cine de ficción de décadas anteriores se han retratado con frecuencia los entornos rurales como arcadias nostálgicas dónde el tiempo se hubiera quedado parado. Otro punto de vista (siempre urbanita) habitual era el de presentar estos lugares como espacios a los que aún no había llegado el “progreso” social y económico, reforzando así una tensión entre lo urbano y lo rural. Con este ciclo se pretende revisar estos lugares comunes y ofrecer una mirada que, aunque sí alerta de ciertos modos de hacer en vías de extinción por la vorágine de un sistema económico global que demanda una producción constante y masiva - como muestran los cambios tecnológicos en la agricultura industrial que vemos en Agrilogistics -, también da cuenta del posicionamiento de los habitantes en zonas rurales que ofrecen resistencia a estas imposiciones, a la vez que buscan modos de existencia y convivencia asimilando los efectos y estragos de la globalización. Un claro ejemplo de ello es el documental Fins i tot els arbres escoltaven, sobre la gestión de micropueblos en Cataluña. El cine contemporáneo pone también en valor las maneras de producción ancestrales, arraigadas al territorio (y su consecuente defensa), con un enfoque empático hacia el entorno, dirigiendo su mirada sensible hacia las actitudes y trabajos cotidianos de los habitantes y su relación con los seres vivos que los rodean.
En resumen, se pretende que todas estas películas tan dispares sirvan en el programa a un mismo fin, el de mostrar la vida en contextos rurales a través de una visión artística particular y precisa. Visiones que ponen el discurso al servicio de unas imágenes moldeadas con suma creatividad por todo tipo de voces autorales, ya sean las de algunos de los más destacados cineastas del continente, jóvenes promesas o francotiradores ocultos.
* Proyecciones presenciales
PROGRAMA COMPLETO DEL VI FORO CULTURA Y RURALIDADES DISPONIBLE EN ESTE ENLACE.- Comisariado a cargo de: Diego Rodríguez Blázquez, Annamaria Scaramella, Sergio de Benito, Pablo Caballero (Cine en Ruta), Eloísa Suárez (Cine Cauce) y el equipo de Cultura y Ciudadanía (Ministerio de Cultura y Deporte).
- Textos y reseñas: Eloísa Suárez y Sergio de Benito.
